Mini Curso: Peso Ideal para Corredores Lección 1
De esqueleto con shorts a nutricionista de corredores.
He sido corredor desde que tengo 14 años. En mi época más rápida podía hacer menos de 34 minutos en 10 K. En ese entonces pesaba 61.8 kg. Así que sé lo que es estar flaco y correr liviano.
Mi esposa dice: “Menos mal que no te conocía en esa época porque parecerías un gancho de ropa”. Y tiene razón, veo mis fotos y no lo puedo creer. Un esqueleto con shorts.
Hacía carreras de media distancia en la pista mientras estudié en la Universidad. Me gradué de Nutricionista y por supuesto comencé a trabajar con atletas.
Primero asesoré a muchos de diferentes deportes que compartían mi sueño “ir a las olimpiadas”, fue una experiencia muy enriquecedora.
Sin embargo, en los últimos 10 años decidí enfocarme en los que llamo: “Adictos a las Endorfinas”. Los corredores.
Hay dos razones para esto:
Primero el “boom” del mundo del Running en los últimos 15 años. Recuerdo que a principios de los años 90 mis amigos me veían como “bicho raro” cuando decía que iba a correr. Luego he visto a muchos de ellos participar en carreras de 10K y hasta hacer maratones. Impensable.
Segundo, como todo el mundo está corriendo y yo sentía que tenía mucho que aportar con mi experiencia personal y profesional, me enfoqué en pulir mi metodología para ayudarles.
Bueno, me siento como pez en el agua. Un pez feliz.
El grupo de corredores que comencé a atender desde entonces me fascinó. Ya no eran los flacos como yo que querían clasificar a los Juegos Panamericanos.
Eran personas con unas historias increíbles, que comenzaron a correr después de sus 30, 40 ó 50 años, de todos los estratos sociales y profesiones posibles.
Amas de casa, abogados, empresarios, chefs, artesanas, instructoras de fitness. Todos con niveles muy diferentes de condición física. Pero sobretodo con una motivación, pasión e instinto de superación que me dan un subidón de inspiración.
Ofrecerles ideas, trucos y herramientas de alimentación, hidratación o suplementación para que logren sus objetivos de terminar un maratón o romper la barrera de las 4, 3:30 ó 3 horas es una sensación increíble.
Me alegra hasta el punto que me hace llorar verlos obtener sus metas.
Así me convertí en nutricionista de corredores. Podría hacerlo el resto de mi vida.
La adicción de mejorar y el secreto para lograrlo
Correr tiene detalles fascinantes. Es sencillo y cuando comenzamos podemos ver mejorías rápidamente.
Pero también es adictivo y siempre nos ofrece esa despiadada sensación de que lo podemos hacer mejor. Este es el motivador común de muchos adictos.
Lo he vivido y he tenido a muchos de ellos frente a mi.
Y como se trata de hacerlo mejor, lo que equivale a hacerlo más rápido, una de las intervenciones mas importantes, factibles y efectivas para mejorar tu rendimiento como corredor, es ajustar tu peso para correr.
Es así y te digo esto porque:
-
Hoy tengo 13 Kg de más comparado con mi época de mejores marcas. Y no es que me he vuelto obeso, ni sedentario. Sino que mi entrenamiento ya no está enfocado en ir más rápido, sino en seguir yendo. Igual, dudo que pueda correr cómodamente menos de 50 minutos en 10K. También sé lo que es correr pesado.
-
Si te fijas en los corredores rápidos tienen una forma física similar: Talla mediana a baja, caderas angostas, muslos gruesos y pantorrillas delgadas. Nada de esto puedes cambiar. Pero si puedes ajustar el peso y en particular reducir el tejido adiposo o la grasa.
-
Con cada 1% de grasa corporal que pierdes tu velocidad aumenta en la misma proporción. No en vano en los maratones los que llegan más tarde son los más pesados.
Y hay muchas razones más tanto morfológicas como fisiológicas que describen la importancia del peso corporal en el rendimiento. Ya no es un secreto.
A partir de este conocimiento y lo difícil que es para muchos corredores aficionados y profesionales poder lograr un peso de competencia manteniendo un alto nivel de entrenamiento sin afectar el rendimiento, comencé a hacer perfeccionar una metodología para ayudarlos.
Este fue un camino largo.
Al principio fracasaba porque me dejaba abrumar por el volumen de entrenamiento y exageraba las calorías que recomendaba. El peso quedaba igual.
Luego descarté ese principio y me quedaba corto.
También usé listas de intercambios de alimentos, difíciles de seguir y no adaptadas a la realidad social y familiar de los corredores. Me sentía frustrado.
Muchas veces castigué los entrenamientos en ayunas o las carreras sin consumo de carbohidratos. Era lo que hacían los nutricionistas “normales”.
Sentía que no podía ayudar.
Todo esto ocurrió hasta que decidí hacer lo siguiente:
-
Dedicarme más a escuchar las preferencias de los corredores que a mostrarles lo que yo “sabía” o lo que “tenían que comer”.
-
A centrarme más en lo que yo había vivido como atleta y su aplicación práctica a los corredores que lo que estaba en los libros de Dietoterapia.
-
A reducir la brecha entre los estudios científicos y el asfalto donde se entrena.
-
A conocer que si bien todos eran corredores cada uno tiene necesidades no sólo fisiológicas sino personales, sociales y familiares diferentes.
-
A entender que el presente de la nutrición deportiva es la individualización.
Cuando comencé a realizar este enfoque observé que:
-
Los planes de alimentación que diseñaba eras mas realistas a su estilo de vida.
-
Ellos tenían mas libertad y facilidad para hacer combinaciones de alimentos según sus gustos y disponibilidad.
-
Podíamos ajustar los alimentos en función de la intención del entrenamiento.
-
Tenía corredores más seguros y confiados de de lo que tenían que hacer en cada comida.
-
Ellos se sintieron mas enérgicos aún bajando de peso, tenían menos lesiones, mejoraron sus marcas o terminaron sus maratones.