Asesorando a algunos atletas muchas veces he tenido la sensación de que mis recomendaciones no serán ejecutadas por alguna especie de temor oculto que no me confiesan los receptores. Una de esas recomendaciones tiene que ver con la necesidad de ingerir carbohidratos durante el ejercicio. Sin duda, esto puede llegar a ser algo retador para el sistema gastrointestinal de quienes lo prueban, especialmente cuando se están estrenando en esta faena. Por esta razón, el estudio que les comentaré a continuación* me pareció muy interesante ya que recopila la experiencia de 221 corredores, ciclistas y triatletas, relacionando su ingesta nutricional durante estos eventos con la frecuencia de molestias gastrointestinales (MGI) en las competencias.
Primero les comentaré sobre la ingesta de carbohidratos (CHO) observada, recordándoles que las recomendaciones de consumo durante el ejercicio varían entre 30 a 60g por hora (h) (ACSM 2009) hasta 90 g *h en eventos de ultra resistencia (Jeukendrup A. Eu J Sports Sci. 2008). Entre los atletas evaluados la ingesta total de CHO, considerando las bebidas deportivas, gels y algunos alimentos sólidos, fue muy variable, especialmente en los corredores cuyo rango oscilaba desde 6 g hasta 136g por hora con un promedio de 35g. En los triatletas la ingesta por hora fue muy superior encontrándose promedios de 62, 65 y 71 g*h en tres competencias diferentes. Como era de esperarse el consumo de CHO fue mucho mayor en el tramo de ciclismo que en la carrera. Sólo el 50% de los triatletas, el 30% de los ciclistas y el 15% de los corredores alcanzaron la recomendación máxima de 90 g*h.
En relación a la ingesta de líquidos en las pruebas de triatlón y ciclismo las tomas oscilaron entre los 650 y 800 mL*h y en los maratonistas el promedio fue de 350 mL*h. Sin duda, las tasas de consumo de líquidos y CHO fueron muy variables entre los eventos evaluados, pero mas aun entre cada individuo.
¿Cuál es la relación entre el consumo y las molestias gastrointestinales (MGI)?
La frecuencia y severidad de las MGI en el tracto superior e inferior se evaluó utilizando un cuestionario con una escala del 0 (sin síntomas) al 9 (la peor molestia). Sólo los reportes superiores a 4 puntos fueron considerados como graves. Así se observó que del 14 al 32% de los triatletas en distancia Ironman presentaron síntomas graves y sólo el 4% de los maratonistas y los ciclistas tuvieron estas complicaciones. Sin embargo, no hubo una clara relación entre la ingesta de CHO y las MGI ni en el tracto superior ni en el inferior. Además, los promedios de ingesta de CHO no fueron diferentes entre quienes tenían síntomas y quienes no. A pesar de esto, en el estudio se observó que ingestas elevadas de CHO parecen ser un factor de riesgo para padecer nauseas y flatulencias, síntomas que probablemente no sean tan perjudiciales al rendimiento como diarreas o calambres estomacales.
El padecimiento de MGI durante el ejercicio prolongado ha sido un gran misterio que siempre justificamos a través de las diferencias individuales como la tolerancia a la ingesta de bebidas y alimentos. Por otra parte, sabemos que si una persona tiene antecedentes de MGI es mas probable que los vuelva a padecer. Así mismo, conocemos que un clima caluroso (donde se aumenta la irrigación a la piel y se restringe al tracto gastrointestinal) y la duración del ejercicio (mientras mas largo más deshidratación y esto también reduce la irrigación al tracto gastrointestinal), son factores que también están relacionados con la aparición MGI.
¿Tuvo relación el consumo de carbohidratos y el rendimiento físico?
Para todos aquellos que quieren ir mas rápido, quizás el punto mas interesante en relación al rendimiento encontrado en este estudio se puede apreciar en el siguiente gráfico donde se observa que mientras mas elevada es la ingesta total de CHO mejor fue el rendimiento durante las pruebas de ironman (menos tiempo total en minutos).
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Así se demuestra una vez mas la importancia del consumo de CHO durante el ejercicio, y mejor aun, este estudio con 221 atletas evaluados en competencias reales comprueba que si bien es posible la aparición de MGI no siempre tienen que ver con el consumo de líquidos y carbohidratos. Entonces para todos aquellos escépticos lo que recomiendo es emplear el entrenamiento como un laboratorio para probar su tolerancia, aprovechar esta poderosa herramienta del consumo de CHO durante el ejercicio y así nada menos que mejorar su rendimiento.
*Ficha Técnica del artículo original:
Titulo: Nutritional Intake and Gastrointestinal Problems during Competitive Endurance Events
Autores: PFEIFFER, BEATE; STELLINGWERFF, TRENT; HODGSON, ADRIAN B.; RANDELL, REBECCA; PÖTTGEN, KLAUS; RES, PETER; JEUKENDRUP, ASKER E.
Fecha de Publicación: Febrero 2012
Journal: Medicine and Science in Sports and Exercise Vol 44. No. 2, pp.344-35
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